Puedes caminar y cerrar los ojos con el propósito de evitar el dolor,
encerrarte entre las paredes de tu habitación y fingir que NO PASA NADA.
Puedes desechar el sufrimiento y ser firme ante la muralla del silencio,
pretender ser inmune frente a las caricias del viento y sucumbir ante lo superfluo.
Pero dime, ¿Cómo es que pretendes estar sin existir?
Alguien me dijo que para querer hay que QUERER QUERER.
P.G.
0 comentarios:
Publicar un comentario